ESO es una etapa especialmente complicada. Un poco de ayuda en estosmomentos le ayudará a seguir estudiando y a definir sus preferencias académicas. En esta etapa se producen cambios bruscos, tanto físicos como psicológicos. La familia pasa a un segundo plano; los valores infantiles pierden su importancia, para ser reemplazados por otros todavía sin concretar, pero que difícilmente coinciden con los de los padres o los la sociedad en general.
Al brusco cambio personal se suma otro derivado del paso de muchos alumnos del colegio al instituto. El alumno pasa de un ambiente de control y protección (primaria) a otro donde hay profesores diferentes para cada asignatura y nadie está pendiente especialmente de él o de ella. Han pasado de ser los mayores del colegio a los pequeños del instituto, cambiando a un horario más duro, y a veces cambiando también de centro.
Los estudios en la ESO
ESO es una etapa especialmente complicada. Un poco de ayuda en estos momentos le ayudará a seguir estudiando y a definir sus preferencias académicas.
Los estudios en esta etapa tienen una importancia relativa para ellos. Es importante saber que en tercero de la ESO es donde más abandono escolar se produce. Los adolescentes no piensan en el futuro como podemos hacer los adultos; están absolutamente centrados en los problemas que tienen ahora, adquiriendo suma importancia la imagen de sí mismos y su encaje en su entorno.
Dependiendo de cómo vengan de preparados de la Primaria, el tema de los estudios puede limitarse a un mero trámite obligatorio, que pasarán con mayor o menor esfuerzo, o convertirse en una pesadilla, poniendo en peligro su desarrollo académico y profesional. En todo caso, los hábitos de estudio y la autonomía pueden adquirirse en cualquier momento de la etapa educativa, incluyendo ésta, por supuesto, aunque para ello sea necesario invertir un esfuerzo mayor que en edades más tempranas.
La desmotivación en la ESO
Al hilo de la exposición anterior, la principal causa de desmotivación en la ESO viene de la propia crisis vivida en primera persona, y la consiguiente falta de interés que en este momento pueden sentir los alumnos por los estudios, frente al resto de cuestiones que les preocupa. Por supuesto, siguen presentes con toda fuerza las interferencias existentes en Primaria, como la televisión, los videojuegos, y cada día más, los ordenadores conectados a Internet. Al contrario de lo que pasaba en primaria, destacar en los estudios puede ser considerado un estigma social para el estudiante. Aunque es una percepción exagerada, los alumnos pueden entender que si estudian mucho y sacan buenas notas podrían convertirse en apestados. Cada día se dan más casos como éste. Algunos adolescentes presumen de malas notas.
Por la propia complejidad de la etapa, resulta complicado para los padres establecer un diálogo de negociación con sus hijos adolescentes.
En ese momento es muy común el rechazo a esa comunicación con los padres, identificándose ellos mismos como “incomprendidos” que necesitan encontrar el apoyo en personas más afines.
Otro factor importante en la desmotivación es la crisis económica y la elevada tasa de paro. Hace pocos años podíamos encontrar a multitud de licenciados mileuristas o en paro, mientras que las profesiones no vinculadas a estudios superiores, daban los mejores resultados económicos desde muy jóvenes, lo que les desanimaba a la hora de estudiar. Pero actualmente el paro afecta especialmente a los jóvenes sin formación
El profesor particular en la ESO
Cada edad y cada caso tiene sus necesidades pedagógicas concretas. En la ESO las necesidades de los alumnos son más diversas que en Primaria. La problemática que podemos encontrar en ESO es la combinación de estos tres factores principales:
- base de conocimientos insuficiente,
- escasez (o inexistencia) de técnicas de estudio y de autonomía,
- desmotivación.
Dependiendo del peso de cada uno de ellos el profesor habrá de esforzarse en el sentido correcto. Es imprescindible que el profesor disponga de la sensibilidad y la experiencia necesarias para detectar los problemas concretos, y después, las técnicas y la paciencia para ponerles remedio. En caso contrario podemos desaprovechar mucho esfuerzo. Muchos profesores desarrollan estas cualidades de forma casi instintiva. Otros profesores en cambio, han de ser instruidos o complementados por otro profesional.
Muchos padres con suficientes conocimientos se animan a ejercer ellos mismos de profesores particulares. Si este es su caso y le va bien, adelante. Si las cosas se tuercen, quizá debería reconsiderar su postura. Los problemas que suelen aparecer en esta situación no están relacionados con la cualificación de los padres para dar las clases, sino más bien de la misma condición de padres. La relación paterno-filial es muy cercana y puede estar excesivamente cargada de aspectos muy relacionados con lo personal.
Las clases particulares en la ESO
Como indicábamos en los párrafos anteriores, una parte importante del esfuerzo de la clase particular, al menos en las primeras sesiones, debe estar orientado a descubrir las carencias del alumno que le dificultan el éxito en los estudios: desmotivación, falta de base y/o falta de técnicas y autonomía.
Hay que hacer ver al alumno que es capaz de entender y sacar adelante lo que se proponga, y para ello es imprescindible empezar a trabajar desde puntos que domine completamente, aunque ello implique bajar a niveles que creíamos ya dominados.
En ocasiones es necesario la adquisición de técnicas tan básicas como la forma de ordenar y colocar los libros y apuntes en su habitación. Muchos alumnos no saben siquiera cómo han de gestionar el tiempo que tienen para estudiar, cómo priorizar y cuánto tiempo deben invertir en cada asignatura. Los hábitos y la gestión del tiempo son dos aspectos fundamentales, no sólo para el éxito en los estudios, sino también para que el alumno pueda disfrutar tranquilamente de su tiempo de ocio.
Las clases particulares deben incluir pequeños periodos de distensión, aproximadamente cada media hora o 45 minutos, para evitar la dispersión que se produce tras largos periodos de concentración. Las técnicas de relajación son un excelente complemento para los estudios, siendo las más sencillas los ejercicios de respiración profunda. En todo caso, el profesor ha de mantener siempre la adecuada distancia y respeto, imprescindible para la buena marcha de las clases.
El equipo de Auler Profesores Particulares