El paso por la Universidad es un período de grandes dudas y donde se aprende a poner los conocimientos en práctica. Con un apoyo especializado el alumno podrá sacar el máximo partido a su carrera.
Los alumnos universitarios tienen unas necesidades muy específicas, principalmente en los dos primeros años de su carrera.
En primer curso de cualquier titulación, el 90% de los estudiantes se encuantra perdido, ya que, o bien no tiene una base suficiente para algunas de las asignaturas, o bien siente que se ha equivocado a la hora de elegir sus estudios, ya no sólo por el nivel de dificultad, sino por las salidas profesionales con las que cuentan cada carrera.
La necesidad básica del estudiante universitario es un profesorado experto en la materia en que tengan dudas, lagunas de conocimiento o carencias de base; es decir, un profesorado con dominio absoluto sobre la materia.
El alumno universitario, en principio, no necesita orientación, educación emocional ni todos aquellos apoyos que sí son necesarios en etapas anteriores. En este caso, necesita encontrar en su profesor una guía hacia su propio pensamiento, el alumno universitario necesita adquirir ciertas destrezas que en un futuro pondrá en práctica. Esto es lo que convertirá a un universitario en un profesional.
El profesor que apoye al estudiante universitario, ha de ayudarle a combinar los conocimientos teóricos con la práctica; con el fin de que el alumno tome conciencia de que lo que está aprendiendo lo podrá aplicar en su profesión en algún momento.